martes, 20 de febrero de 2018

La pobre Hannah en el exilio


La pobre Hannah en el exilio


No todo buen debut literario cuenta con el apoyo de una editorial consagrada que invierta en promoción y distribuya un tiraje considerable a nivel internacional. El nuevo autor que cuente con ello puede considerarse en extremo afortunado. Gracias a las artes del efectivo marketing y debido a que el libro objeto de esta columna versa sobre el drama judío causado por el Holocausto (tema que en mi siempre ha causado una abrasiva curiosidad), a mis manos llegó con altas expectativas la novela de Armando Lucas Correa La niña alemana, publicada por Ediciones B, sello no hace mucho adquirido por el gigante Grupo Penguin Random House.  La reverberación de la dominación nazi en la Europa de los años 40 quedará para el resto de nuestras eras como una de las supremas lecciones del peligro que involucran las ínfulas de grandeza de los líderes inicuos, los pueblos obnubilados de patriotismo que los apoyan, y la lógica consecuencia: los conglomerados que terminan subyugados bajo su bota. Y es entonces cuando la trama de La niña alemana se torna universal en sus componentes aleccionadores, sea cual sea la lectura que se le dé al episodio del hostigamiento, humillación y exterminio de judíos y otras minorías europeas execrables para el régimen encabezado por Hitler, Himmler, Goebbels y compañía.

El año 1939 marca un antes y un después para muchas familias judías de la Europa central, sobre todo para la de Hannah Rosenthal, una chiquilla de doce años normal dentro de los de su clase en la Berlín dominada por el poderío nazi, con un amigo inseparable llamado Leo y una certidumbre de que se ha enrarecido el ambiente luego de la fatídica y memorable Noche de los Cristales Rotos. Los alemanes de origen judío son tildados de sucios y desconfiables, sindicados de ser responsables de la decadencia moral y la debacle del proletariado alemán durante los años siguientes al Tratado de Versalles. El gobierno insertó en el ciudadano común el repudio contra el judío recurriendo a la lucha de clases y a la xenofobia. Entonces ser judío era sinónimo de ser culpable de los males de la nación. Y los padres de Hannah toman la decisión de huir a América antes de que sea muy tarde: el plan es embarcarse a Cuba, permanecer allí de manera temporal, y luego tomar camino a Nueva York.
La obra describe con evidente maniqueísmo la condición de un grupo acosado por las prácticas de un gobierno ensañado que los quiere neutralizados de cualquier manera. Los judíos en esta historia son los buenos, los que luchan por mantener la dignidad en medio del marasmo, evidentemente, y los nazis los malos que los persiguen, desaparecen y matan a placer. Es difícil no concebirlo de esa manera aun para el más imparcial análisis. Setenta y cinco años después, Anna, una descendiente de aquella Hannah emprende un viaje a Cuba para reencontrarse con el pasado de su estirpe, del cual apenas tiene indicios representados en fotos que le han llegado por correo a su hogar en Nueva York. Y entonces las dos historias contadas por dos narradoras diferentes se juntan hasta darnos una visión completa del destino de la atormentada Hannah y su familia en su desesperada búsqueda por vivir lejos de los tentáculos que un régimen que los ha proscrito y humillado hasta los niveles más degradantes.  

Desde mi punto de vista la novela mantiene un ritmo lento al principio, quizá por la intención del autor de embeber al lector en el tenso contexto de la Berlín de fines de los treinta o debido a una tendencia (o necesidad) de las narraciones de corte histórico que requieren cierta cantidad de paginas para demostrar la erudición sobre la época descrita con el fin de hacer verosímil toda la narración, incluso en caso de que el escritor no se tome demasiadas licencias y reproduzca hechos y contextos sin fundirlos con la ficción pura. Al respecto, Gabriel García Márquez, hizo un comentario afín, a propósito de la preparación de su novela El general en su laberinto, cuando afirmó que en la novela histórica se puede inventar cualquier cosa a condición de que los hechos públicamente conocidos se reproduzcan con la exactitud con que se han registrado por los historiadores. El primer tercio de La niña alemana podría haber durado menos, al juicio de un lector más ávido de ritmo, pero el resultado final muestra que Correa se dedicó a una investigación profunda con tal de dar con un relato robusto en cuanto a ambientación. Pero es el último tercio de la novela el que, a mi juicio, aumenta en velocidad y lirismo con respecto a las casi 300 paginas precedentes.

La tendencia a la incertidumbre y desdicha del migrante es un elemento que predomina en la novela. Inexorable sensación dada la penosa diáspora judía en los años cuarenta, fenómeno que desmembró familias y que motivó una valiosa fuerza de trabajo y emprendimientos exitosos que contribuyeron a la diversidad de la riqueza económica y cultural de toda América, porque hasta los mismos dirigentes nazis, con documentos falsos de identificación, encontraron en el nuevo continente su refugio. Es innegable que la evolución fatídica de un esperanzador plan inicial es el mayor logro de esta novela de lenguaje pulcro que va de menos a más. Con Leo, el mejor amigo de Hannah (ocurrente y avispado), presenciamos un personaje secundario de esos que se roban el show y uno como lector desea que tengan más presencia en la narración. La descripción de la Cuba antes y después de la revolución castrista lucen ineludibles, recuerden la naturaleza cubano-americana de Armando Lucas Correa. El contraste de situar a Hannah y a su madre en medio del Caribe es un componente acertado con el que presenciamos otro nivel de drama no menos incómodo, que no es otra cosa que la adaptación a un ámbito disímil (donde descubre nuevas frutas, calores insoportables y hasta tiene una historia de amor) que en determinado momento pasa por turbulencias políticas como aquellas que provocaron el exilio. 

En una imaginaria escala del 1 al 10, donde 1 es una pésima novela y el 10 equivale a una perfecta, yo calificaría La niña alemana con un 7. Y para ser un debut literario no está nada mal.                              

sábado, 6 de enero de 2018

LO MEJOR DE LAS LECTURAS DEL 2017
(TOP TEN y destacados en categorías)

Esta primera entrada del blog en 2018 tenía que estar dedicada a mis libros memorables de 2017, aquellos que se destacaron por no dejarme indiferente, por hacerme hablar de ellos ante terceros, por postear fotos del inicio de sus lecturas, es decir, por hacer amenos mis ratos libres y por ayudarme a crecer como lector y persona. No vuelves a ser el mismo luego de que un libro (o una seguidilla de libros) te impacta de tal manera que no puedes dejar de terminarlo sin querer empezar el siguiente porque te ofrece refugio o porque te sirve de maestro o porque, como en mi caso, sólo en él encuentras cosas reales en medio de tanta falsedad imperante en el mundo actual.  De las decenas de obras que leí el año pasado, que se enfocaron principalmente en narrativa y en las que se elevó el porcentaje de libros escritos por mujeres, dejo testimonio de mi predilección por la lista que compone mi TOP TEN, que viene a continuación, haciendo luego especial reconocimiento en los logros particulares de ciertas obras en categorías relativas a la forma y al fondo de las mismas. Al final les dejo, como es de esperar, mi Decepción del año, y que Dios me perdone mi sacrilegio si despotrico contra un libro amado por la mayoría.

10. Tierra Firme (Matilde Asensi –Planeta): Resultado de imagen para tierra firme asensi
Es el primer tomo de la trilogía de Martin Ojo de Plata. Una narración que per se nos devuelve al siglo XVI porque usa los modismos propios del español antiguo y nos cuenta la historia de Catalina, una joven mujer sobreviviente de un naufragio tras un ataque pirata, que debe presentarse públicamente como hombre para zafarse de un matrimonio que no quiere en las Indias Occidentales, o mejor dicho, Tierra Firme, como llamaban a América por aquellos días. El padre putativo está comprometido con una deuda impagable ante un mercader corrupto y Martín, el nuevo nombre de Catalina, hará todo lo posible por librarlo de tal carga. Con pasajes ligeramente soporíferos, con lances llenos de acción y zozobra, con una prosa preciosista y depurada, con un astuto giro argumental al final, Matilde Asensi logra con solvencia empezar una franquicia literaria ya famosa a nivel internacional.
 
9. Andantes (Néstor Cánchica- FB Libros): Resultado de imagen para andantes nestro
La portada atrapa a simple vista, las primeras escenas te mantienen enganchado, los finales de los capítulos que dejan al lector con la miel en los labios son un acierto notable, el carisma extraño y el aura de misterio del villano lo hacen un personaje irresistible, el ritmo constante de los hechos evita el adormecimiento. Con estos elementos el autor propone un thriller contemporáneo que en menos de 300 páginas desarrolla la idea de seres vivientes cuya sola existencia va más allá de lo que podríamos creer de buenas primeras: gente que anda por ahí en el mundo pero que no está viva y que responde al deseo de un ser sobrenatural que hace y deshace a su antojo. Guillermo, el protagonista, tiene de novia a uno de esos seres, se ve obligado a cumplir ciertas tareas a pedido de un viejo enigmático que parece no sentir conmiseración por nadie, ingresa a un sanatorio mental, descubre a los andantes, viaja a otro país a descubrir qué se esconde tras todo lo que ha vivido y no puede entender. Disculpen los spoilers, pero cuando la lean la encontrarán entretenida y no se dará cuenta de que lo que les acabo de revelar de la trama. Este es un debut literario que a pesar de que se nota que lo es no deja de ser interesante y promete escrituras más osadas y sustanciosas en cuanto al manejo de nuestro bello idioma.

8. Catalina de Miranda (Xiomary Urbáez – Planeta): Resultado de imagen para catalina de miranda urbaez
A las letras venezolanas contemporáneas les hacía falta una heroína como la que Xiomary Urbáez nos regala en esta novela que nos pasea por la fundación de ciudades del occidente venezolano en la segunda y tercera décadas del siglo XVI. Catalina es una chica española que sueña en grande, no se conforma el destino que al parecer le ha tocado. A punta de usar su belleza logra embarcarse desde Sevilla hasta América y llega a Venezuela y conoce al mismo Juan de Carvajal, se convierte en su mujer y a partir de allí presenciamos el ascenso del personaje no sólo en lo dramatúrgico sino como  arquetipo de alguien que asciende en su afán de no estancarse y vivir siempre cada día como si fuese el último. Es de agradecer que la autora venezolana no atiborrara el texto con palabras rebuscadas ni coloquialismos constantes que hubiesen recargado el texto hasta hacerlo demasiado denso. Urbáez es efectiva, directa, sabe usar el recurso del diálogo, sintetiza bien. No por nada este libro fue finalista del Premio Planeta-Casa de América en 2012. 

7.La amigdalitis de Tarzán (Alfredo Bryce Echenique–Seix Barral): Resultado de imagen para tarzan bryce novela
Un bello romance epistolar, entre amantes que están cerca y lejos la vez, dotada del humor tan fino que caracteriza al autor peruano. Cualquier consideración que hoy se tenga hacia las relaciones amorosas tipo open mind encuentra en esta novela una ética y una estética con tan buen gusto que es difícil no justificarlas cuando se trata de un fuerte sentimiento que prevalece sobre la distancia y el paso de los años. Los circunloquios de Juan Manuel, uno de los protagonistas, es de lo más logrado en la narración, porque logra sacar sonrisas así como enternecer con la misma solidez deslastrada de lugares comunes tan escuchados en boleros y baladas románticas. Si, Bryce Echenique hace una historia de amor acaecida décadas atrás pero con personajes que al fin y al cabo son un reflejo atemporal de esa perenne obsesión los humanos por mantener amores tan incólumemente como sea posible a pesar de casarse con terceros y estar separados por un océano. Es inevitable, durante y después de su lectura, cuestionarse qué haría uno por seguir en contacto con la persona amada si tales obstáculos enturbiaran la relación.  

6. La gesta del caníbal (Jorge Aristizábal Gáfaro–Rey Naranjo):  Resultado de imagen para la gesta del canibal jorge
Este libro de relatos contiene joyas que deberían estudiarse en los bachilleratos de Colombia, por lo menos, y, por qué no, de América Latina. Jorge Aristizábal ganó con este libro el Premio nacional de libro de cuentos Ciudad de Bogotá en 2015 y con indubitable merecimiento. El relato que le da título a la obra (y que empieza el libro) versa sobre la obsesión de un escritor por forjar la obra perfecta que le dé la fama y el prestigio literario pero se encuentra con consideraciones de editores que le son adversas, lo que le lleva a cambiar de historia y escribir otra y otra y otra para complacer gustos de terceros, hasta que cuando escribe un bodrio, a propósito, para satisfacer multitudes de lectores superficiales, resulta también rechazado por haber perdido la originalidad y la voz propia de sus intentos primeros. En fin, con un humor inesperado en medio de la seriedad de la trama, nos recuerda a lectores y narradores que el ego es un ángel maldito  que así como logra hacer fraguar buenos libros también se convierte en enemigo del escritor. Un ciego que recobra la visión para descubrir terribles cosas ocultas gracias a su visión agudizada, una chica desesperada en busca de la pastilla del día después en plena selva colombiana, un ente poderoso que acomoda los sucesos de la historia para que el devenir de la humanidad fluya como lo conocemos son algunos de los brillantes argumentos que el lector encontrará en este delicioso libro cuya edición en tapa dura e  ilustrada de Rey Naranjo lo convierte en una opción insoslayable en las librerías.

5. Pensión de animales (Pablo Silva Olazábal–Escarabajo):  Resultado de imagen para pension de animales pablo
El intro nos lo presenta un ángel borracho, perezoso, que ya no vuela, pero que no deja de preocuparse por Laura, el personaje que va bajando por los pisos de la pensión al tiempo que golpea las puerta de los demás inquilinos con una furia notoria e incontenible y de la que no sabemos el origen pero que se deja sentir irremediablemente por todo el recinto, origina reacciones diversas, es un huracán de rabia que a cada quien tocará dentro de su espacio íntimo y en la medida en que las condiciones pongan a estos inquilinos más cerca de ella o “protegidos” tras sus puertas. Y mientras tanto, el ángel en el altillo de esta pensión observa todo a la vez, y en cada capítulo interviene para que sepamos su reacción ante tan singulares vecinos: un tipo obsesionado con comprar un azucarero de una tienda cercana y que presiente que lo van a matar mientras espera su orden, otro que se toma demasiado en serio el acto de matar a un animal no definible que le quita la calma y que parece burlarse de él con su fuerza y sagacidad, una pareja que filosofa sobre la naturaleza de los ángeles y su intervención en las ideas de los seres vivos, un humano encerrado en el cuerpo de una  mascota en la portería y que se sabe víctima del hechizo de una bruja con la esperanza de ser devuelto en instantes a su condición original, el marido de la rabiosa Laura que intenta una suerte de cirugía casera a un loro que lo necesita. En Pensión de animales se aplica la máxima aquella que dice “menos es más”. Sin innecesaria rimbombancia el autor logra dejar al lector embebido de la atmósfera conmovedora y miserable de la que se compone en parte el gentilicio latinoamericano, acaso porque reconocemos inconscientemente de generación en generación que no somos una raza pura sino el resultado de una combinación, una raza reciente en términos antropológicos, y que por ello aún nos falta dar tumbos hasta lograr un nivel mayor de madurez colectiva. La obsesión por lo intrascendente toma en esta novela un cariz de epopeya que deja sin sentido toda consideración sobre qué cosas debería o no contar un narrador en su relato, lo cual trasforma el hecho nimio en algo apoteósico tan digno de ser contado como las gestas de guerra o las historias de amor más apasionadas.

4. Mi novia preferida fue un bulldog francés (Legna Sánchez Iglesias–Alfaguara): Resultado de imagen para legna bulldog francesSin duda la autora cubana debería ser resaltada como uno de los debuts literarios más interesantes del 2017 en Latinoamérica. Hacía tiempo no leía a una autora novel, joven, con la lengua mordaz que caracteriza a raperos ingeniosos. Su manera estética de abordar las relaciones humanas se aleja de convencionalismos y no por hablar de forma explícita pierde fuerza y poesía. Es imposible quedar indiferente ante la prosa de Sánchez Iglesias. Si hay algo que no es este libro es insípido. Parece que es una novela con historias fragmentadas en que en  algún momento convergerán, pero con el paso de las páginas nos damos cuenta de que es sencillamente un genial e irreverente libro de trece relatos en los que la autora camaleónicamente se viste con diversos ropajes para mantenernos atentos en todas las historias, historias que no tienen título pero sí una carga narrativa que semeja la fuerza de la colombo-americana Patricia Engel y a Fernando Vallejo, el transgresor maestro narrador colombiano, recordado gratamente por El desbarrancadero y otras novelas de alta estima. Mi novia preferida fue un bulldog francés es un libro muy cubano pero no por eso limitado, más bien el rango variado de personajes nos sitúa en una posición de mayor comprensión sobre las pulsiones del cubano de hoy. Y sí, señoras y señores, el bulldog mencionado en el título es un personaje activo en la obra: es el narrador del último de los relatos.

3. Simone (Eduardo Lalo–Ediciones Corregidor): Resultado de imagen para simone lalo
No es el escritor más afamado, y la novela no ha tenido ediciones elegantes dignas de su contenido. Pero es innegable que con Simone Eduardo Lalo pegó un jonrón con tres en base, por ponerlo en tan puertorriqueños términos beisboleros. Es una obra divisible en tres partes que se pueden distinguir con facilidad. La primera es el juego detectivesco de descubrir quién es el anónimo que deja mensajes al protagonista. La segunda es la relación amorosa que el narrador entabla con Li, una jovencita compleja moldeada y descrita con mucha poesía. La tercera es la del quiebre sentimental junto con disertaciones sobre la escritura misma y la sensación de vuelta a la soledad. Es la epopeya existencialista de un hombre solitario de mediana edad a quienes las relaciones humanas no le han salido del todo bien y de pronto halla un bálsamo de placidez junto a una muchacha, lesbiana por cierto, que dice amarlo y quiere intimidad con él pero sin dejarse penetrar, lo cual de suyo ya provoca un serio conflicto, conflicto que Lalo maneja con absoluta destreza. Los lances eróticos de la novela no desentonan, sus cautivadoras primeras páginas alardean un lirismo delicioso, pero lamentablemente la novela pierde algo de fuerza, de enganche, al final.  Sin embargo es tan limpio el primer setenta por ciento de la novela que se lleva el puesto 3 de mi Top 10.

    2. Rendición (Ray Loriga – Alfaguara): Resultado de imagen para ray rendicion
El distópico futuro que el escritor español plantea en esta genial obra evoca con toda justicia el establishment orwelliano de 1984. La voz del narrador no brilla por la verborrea hermosa sino por una sencillez que nos enseña que la sencillez puede coexistir con la universalidad, si no es quizás su causa. Ernesto Sábato dijo que los buenos escritores decían grandes cosas con palabras simples y Rendición es un ejemplo. La guerra ha llegado al pueblo y hay que evacuarlo para mudarse a una ciudad que el gobierno ha destinado para los sobrevivientes, pero esta ciudad es transparente. Todo está hecho de cristal, desde los edificios hasta las paredes de los baños, de manera que se pierde toda privacidad. Dado que todo está minuciosamente planificado, todo marcha bien y la gente es feliz. Sin embargo, el protagonista se cuestiona la sensación de bienestar y plenitud sin motivo aparente y reacciona ante ella, se resiste a ella, no entiende las reglas y la naturalidad del nuevo status quo (¡en la nueva ciudad se ha eliminado el olor del sudor y de las heces!), y nos plantea con plausible franqueza la naturaleza conflictiva del hombre moderno, poco dado a sentir que ha vivido ratos realmente felices e inconforme con todo a su alrededor. Entonces la novela se convierte en una fábula de la fragilidad de las relaciones afectivas, de la nostalgia por los tiempos pasados, de la adaptación al cambio, de la opresión sutil del poder invisible, de la claudicación de la identidad propia. El enfoque filosófico que justifica el título de la novela está presente hasta en la frase final, cuando afirma que uno tiene que reconocer cuando su debacle ha llegado y reconocer vitorias ajenas. Les advierto que la novela va de menos a más, se profundiza con humildad desde el comienzo de la segunda mitad.  Los entendidos en la obra de Loriga afirman que Rendición es muy distinta del resto de sus obras, que se nota ahora a un hombre con mayor madurez. No faltará quien afirme que Loriga se ha separado de sí mismo, que se ha desdibujado su mordaz voz narradora de los años 90 y comienzo de este siglo. Pero el resultado final que ganó el Premio Alfaguara 2017 es un hito que resuena en la memoria del lector luego de terminada su lectura, sin duda. 

1. El Aleph (Jorge Luis Borges –Debolsillo): Resultado de imagen para el aleph borges
Acercarse a cualquier libro de Borges es contemplar y sumergirse en un universo creado a punta de tinta y de una vasta cultura general que a veces te hace sentir pequeño, inculto, pero que agradeces página tras página. Toda su obra narrativa (en la que no hay novelas) podría reunirse en un solo y gordo tomo en el cual lector no sólo buceará a placer en los mundos borgianos sino que será testigo de la historia del mundo, o de fragmentos relevantes de ella, en los que el autor argentino alardea erudición y maestría narrativa. Con el respeto que merecen otros escritores influyentes de nuestro idioma, según mi humilde opinión Borges es para las letras latinoamericanas del siglo XX lo que Heródoto es para los historiógrafos: es el cronista estructurado de la evolución humana. Y El Aleph es un testimonio de ello. En esta obra podemos encontrar clásicos dentro de la obra borgiana como El inmortal, El muerto, La espera, La otra muerte y La escritura del dios, que son mis favoritos del libro en cuestión. No es fácil de describir a Borges. Es tan único que toda exégesis será apenas una aproximación (limitada por la palabra) de lo que produce su verbo en el lector maduro que se atreva a enfrentarlo. No lo recomiendo a chicos. Hay que haber vivido y tener un bagaje de lecturas previas y  aproximaciones a estudios de historia para comprender la grandeza del argentino. A mis treinta y tantos, me faltan aún un par de títulos de la cuentística de Borges por considerar que necesito más cultura para hacerlo. Así de simple (?) es el legado de Borges. 

    Pasemos al renglón de los logros individuales en diversas categoría narrativas y la decepción del año:
1.       Mejor Portada: La gesta del caníbal (Rey Naranjo – 2016)
2.       Mejores 5 (cinco) relatos:
               1. El inmortal (El aleph- Jorge Luis Borges),
               2. Un 0416 (Shadow y otros cuentos sombríos –Eritza Liendo)
               3. Óptica alemana (La gesta del caníbal –Jorge Aristizábal Gáfaro)
               4. Vida (Vida – Patricia Engel)
               5. Trece (Mi novia preferida fue un bulldog francés –Legna Sánchez Iglesias)
3.       Mejor libro de relatos: El aleph (Borges -Debolsillo)
4.       Mejor personaje secundario femenino: Evelyn Ortega (Más allá del invierno-Isabel Allende/Plaza y Janés)
5.       Mejor personaje secundario masculino: A. Kramer (Andantes-Néstor Cánchica)
6.       Mejor desarrollo de diálogos: Shadow y otros cuentos sombríos (Eritza Liendo–Monte Ávila Editores)
7.       Mejor párrafo/página inicial: Simone (Eduardo Lalo -Corregidor)
8.       Mejor párrafo/página final: ¡Que viva la música! (Andrés Caicedo – Debolsillo)
9.       Mejor estructura: Pensión de animales (Pablo Silva Olazábal – Escarabajo)
10.   Mejor final/clímax de capítulos: Andantes (Néstor Cánchica)
11.    Mejor descripción de ambientes: Rendición (Ray Loriga – Alfaguara)
12.   Mejor argumento: Andantes (Néstor Cánchica)
13.   Mejor prosa: Simone (Eduardo Lalo–Corregidor)
14.   Mejor personaje principal femenino: Catalina de Miranda (Catalina de Miranda-Xiomary Urbáez/Planeta)
15.   Mejor personaje principal masculino: Narrador de Simone (Eduardo Lalo–Corregidor)
16.   Mejor novela:  empate entre Simone (Eduardo Lalo) y Rendición (Ray Loriga)

Decepción del año: Más allá del invierno, de Isabel Allende: Resultado de imagen para invierno allende
la novela es demasiado anecdótica (aunque parezca tonto decirlo de una novela), de manera que todo en ella se experimenta de manera superficial, rasante. Hay momentos en que se muestra cierta introspección de los personajes, cosa que uno agradece como lector, pero apenas son bálsamos para paliar el aburrimiento constante de un argumento flojo y una narración lenta que parece eterna con sus 350 páginas. Para ser una de las autoras hispanohablantes más leídas a nivel mundial esperaba más a estas alturas de su carrera.

Para finalizar, les deseo un venturoso 2018 con formidables lecturas que nos hagan mejores seres humanos, menos peligrosos, más pensantes, más felices, ¡por qué no!…
       

   

lunes, 9 de octubre de 2017


NO PUDE SALIR ILESO DE ESTA PENSIÓN
por
Heberto José Borjas


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            Siempre ha producido fascinación en mí la noción del micro-universo que representa homogéneamente los componentes hermosos y desagradables que forman la vida. La estrechez del espacio, de suyo, es un factor detonante de roces hirientes que más bien son choques en vez de fricciones. No por nada tenemos, desde tiempos inmemoriales, como adagio popular el famoso “Pueblo chico, infierno grande”. Al parecer, el mero hecho de compartir el espacio vital es una obligación que la raza humana practica a regañadientes, porque la cercanía lleva a la observación. Y la observación lleva a la comparación y la apreciación de detalles, y entonces viene el afán de cambiar al otro, de hacerlo semejante a uno o distinto de aquella condición que nos produce escozor. Cuando eso no ocurre sencillamente se llega al punto de querer execrarlo, denigrarlo, ridiculizarlo y hasta neutralizarlo a causa de aquello que significa una diferencia. Y por supuesto, las demostraciones de intolerancia no se hacen esperar. Terminamos animalizados, actuando visceralmente, como si ningún raciocinio se nos hubiese dado por naturaleza y decimos sin pensar, hacemos daño sin pensar, movidos por un instinto que nos acerca más a las bestias que al concepto de suprema creación divina, que es lo que el hombre siempre ha creído que es. ¿Y qué mejor ejemplo de tal handicap existencial que aquellas vecindades o pensiones donde es imposible no saber de la vida del vecino de al lado, de enfrente, o de otro piso, con todos los incordios que ello implica? Éste es el contexto en el que se desenvuelve la genial y premiada novela del escritor uruguayo Pablo Silva Olazábal, “Pensión de animales”, que tuve el placer de leer gracias a la magnífica edición de 2017 de la Editorial Escarabajo.
            El intro nos lo presenta un ángel borracho, perezoso, que ya no vuela, pero que no deja de preocuparse por Laura, el personaje que va bajando por los pisos de la pensión al tiempo que golpea las puerta de los demás inquilinos con una furia notoria e incontenible y de la que no sabemos el origen pero que se deja sentir irremediablemente por todo el recinto, origina reacciones diversas, es un huracán de rabia que a cada quien tocará dentro de su espacio íntimo y en la medida en que las condiciones pongan a estos inquilinos más cerca de ella o “protegidos” tras su puertas. Y mientras tanto, el ángel en el altillo de esta pensión observa todo a la vez, y en cada capítulo interviene para que sepamos su reacción ante tan singulares vecinos: un tipo obsesionado con comprar un azucarero de una tienda cercana y que presiente que lo van a matar mientras espera su orden, otro que se toma demasiado en serio el acto de matar a un animal no definible que le quita la calma y que parece burlarse de él con su fuerza y sagacidad, una pareja que filosofa sobre la naturaleza de los ángeles y su intervención en las ideas de los seres vivos, un humano encerrado en el cuerpo de una  mascota en la portería y que se sabe víctima del hechizo de una bruja con la esperanza de ser devuelto en instantes a su condición original, el marido de la rabiosa Laura que intenta una suerte de cirugía casera a un loro que lo necesita.
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Es admirable el estilo de Silva Olazábal para magnificar situaciones que en apariencia pasarían desapercibidas para la mayoría de nosotros. Sin duda, son dignos de admiración los autores capaces de hacer de un instante ínfimo todo un acontecimiento y los llenan de un significado proverbial gracias al arte de usar bien las palabras. En este sentido, en Pensión de animales se aplica la máxima aquella que dice “menos es más”. Sin innecesaria rimbombancia el autor logra dejar al lector embebido de la atmósfera conmovedora y miserable de la que se compone en parte el gentilicio latinoamericano, acaso porque reconocemos inconscientemente de generación en generación que no somos una raza pura sino el resultado de una combinación, una raza reciente en términos antropológicos, y que por ello aún nos falta dar tumbos hasta lograr un nivel mayor de madurez colectiva. La obsesión por lo intrascendente toma en esta novela un cariz de epopeya que deja sin sentido toda consideración sobre qué cosas debería o no contar un narrador en su relato, lo cual trasforma el hecho nimio en algo apoteósico tan digno de ser contado como las gestas de guerra o las historias de amor más apasionadas. Sólo un talento como el que tiene el autor uruguayo puede hacernos ver atractivo que un vecino de la pensión sueñe con comprar un azucarero en la tienda cercana (con todas las elucubraciones que se figura antes de la compra y el celo que le debe luego al objeto de su adoración) o que una conversación con ribetes etéreos entre una pareja dure varias páginas sin salir el tema de la influencia que ejercen los ángeles sobre nosotros.
            Pensión de animales es corta, concisa, a veces cambia de ritmo para dejarnos respirar mejor a ratos, pone a prueba nuestra capacidad de conmiseración ante el patetismo ajeno, todos ellos elementos que uno como lector admira y agradece.

            En  mi escala del 1 al 10 le doy 9, pues la novela perfecta no se ha escrito aún.       

lunes, 11 de septiembre de 2017

EL ACELERADO FUTURO

                                                       
por
Heberto José Borjas



En el cine la ciencia-ficción suele ser un tiro al piso, un acto sobre seguro en términos de taquilla, a menos que se filme un bodrio en el cual se desperdicie el alto presupuesto, la campaña publicitaria y, quizás, un trabajo actoral notable. Es fácil que en este arte los hacedores logren sus objetivos al valerse de los efectos visuales, diseños de producción y hasta bandas sonoras que le ofrecen al espectador un combo aprovechable durante dos horas, o más. Pero en la literatura el encanto de un hacedor es más azaroso, y por ello arduo o riesgoso ya que, ni más ni menos, el elemento que completa la narración del autor es la imaginación del lector, quien en este género en cuestión debe hacer uso de su intelecto de una forma distinta que cuando se lee una novela histórica, por ejemplo. Aunque la exigencia es quizás menor en términos de bagaje cultural no es menos denso con respecto a los movimientos cognitivos que deben hacerse para dar como cierto (o, por lo menos, verosímil) lo narrado. Hoy, época en que abunda la autopublicación que le apuesta en demasía a tramas de ciencia-ficción (así como a otras alternativas contemporáneas como la romántica o la paranormal), no es fácil elegir un título de entre la pléyade de opciones que ofrecen las plataformas digitales. De vez en cuando algunos concursos literarios apoyan y publican el género en cuestión gracias al auspicio de una que otra editorial establecida, pero ciertamente la oferta (que hoy es mucha) no cuenta con la promoción que tienen libros de autores consagrados o que se acomodan mejor en el ámbito de los potenciales best-sellers. Pero lo que me consuela es que, a pesar de la diversidad de obstáculos, las propuestas de la nueva literatura fantástica siguen rindiendo homenaje a los clásicos autores que al fin y al cabo se convirtieron en pioneros e inspiraron a otros autores y cineastas con su imaginación prolífica. Por ello en esta ocasión le dedicaré estas líneas a una breve obra del casi tocayo H.G. Wells publicada originalmente en 1943: El nuevo acelerador.
La obra se compone de cuatro relatos: El nuevo acelerador, El bacilo robado, Los acorazados terrestres y Un sueño de Armagedón. Dependiendo de la edición rondan en  su totalidad las 100 páginas, de manera que el lector puede terminarlas de un tirón pero, eso sí, experimentando cambios de intensidad y de ritmo. Los relatos ofrecen diversos tonos y veolcidades y su orden en la edición creo que es el adecuado.
El relato homónimo que la da el título al libro es el primero en el orden (acertada decisión) y versa sobre el descubrimiento de Gibberne, un científico londinense que ha logrado dar con la formula de una “medicina” que acelera los latidos del corazón y las funciones del cuerpo, todo de golpe, a un punto de aceleración que hace ver todo alrededor en cámara lenta, como aletargado.  La experimentación que éste y el amigo narrador hacen en la calle, con el efecto del fármaco en su cuerpo, es el quid de la trama, y la posterior desaceleración que sufren cuando todo empeiza a volver a la normalidad en sus organismos. No es mi intención spoilear, sólo comento esto para que el lector se de cuenta de que la narrativa actual de ciencia ficción no está creando de la nada sino que se apoya en las viejas ideas de los clásicos. En este caso se elucubra, se sopesa la implementación de un descubirmiento que en la vida real no sabemos si existe (o ni siquiera sabemos su viabilidad), y se desarrolla su funcionamiento con el devenido debate moral sobre su idoneidad. Esa es la ciencia ficcion brillante: la que nos muestra como irrebatibles e inexorables los mundos posibles con una fundamentación que se adelanta a su propia época atreviéndose a explicar lo impensado.
Los acorazados terrestres es un relato de guerra. Pero no es una metáfora de los humanos versus la teconología, no es una alegoría abstracta sobre una conflagración futurista de corte distópico. En verdad, al mejor estilo de Terminator, las máquinas le ganan la contienda a los humanos, pobres soldados en tierra ofuscados por su ineficacia para neutralizar dichos monstruos metálicos controlados por los soldados enemigos. Es inevitable recordar el tonto patriotismo que mueve las guerras, sobre todo cuando hay un bando dotado de mejo tecnología que logra abatir al contrario con toda ventaja. El  corresponal de guerra luce como el personaje que le da la dosis  de sentido  común a la barbarie en el campo de batalla. Es la narración de ritmo más lento, con muchos diálogos que hacen la labor de refrescar al lector, aunque algunos quizás sobran, según mi parecer.
El bacilo robado es el cuento de mayor tensión. Imaginen un peligroso  microorganismo en el laboratorio de un bacteriólogo, la visita al laboratorio de alguien que muestra interés en el microorganismo, la corazonada de que el cientifico se encuentra frente a un fanático de esos capaces de provocar actos terroristas. Un robo. Una persecución en carreta. El in crescendo de la narración provoca que el lector termine la última página con la sensación de querer más.
Un sueño de Armagedón, que cierra el libro, es el desarrollo de un romance que sólo existe en sueños. El protagonista, en pleno tren que avanza, narra a otro pasajero las peripecias de este amor onírico que para colmo de las contrariedades, acace en medio de una guerra en la que el protagonista forma parte. Al despertar el desdichado hombre no tiene ni guerra ni amada y ha preferido dormir más que nunca para continuar sus sueños continuados que vivir la realidad del resto de los mortales. ¿Habráse visto en la literatura anglosajona del siglo XX tan geniales metáforas de la evasíon como ésta? La razón de vida se encuentra en un ámbito que no es este mundo repleto de perfidias y desazón, está en ese universo de infinitas posibilidades que son los sueños, y tan placentera es esa otra existencia que se prefiere huir del mundo convencional para entregarse a aquella sin reparos.
Este humilde servidor en este relato encontró el epigrafe perfecto para una novela que empezará a escribirse a mediano plazo (o eso espero) y que me parece perfecta para cerra esta reseña:

Hay, no obstante, algo cierto, real, algo que no es un sueño huero,
sino algo eterno e inmutable. Ella es el centro de mi existencia y todo lo demás está
subordinado a ella o bien es vano por completo.
Yo la quería, yo amaba a esa mujer surgida de un sueño.
¡Hemos muerto juntos!

De este libro me queda que vivir el presente es más imperioso que nunca, porque el futuro viene acelerado, señoras y señores, sin importar que estemos o no preparados para él…



viernes, 10 de marzo de 2017

Pisé tierra firme
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La trilogía sobre Martín Ojo de Plata ha sido un éxito en ventas y le ha prodigado a Matilde Asensi, su autora, críticas de toda índole, la gran mayoría positivas. El primer volumen es Tierra Firme, publicado originalmente en 2007. La obra plantea, en pleno Siglo de Oro español, las peripecias de Catalina Solís, una adolescente que sobrevive a un asalto pirata en altamar en el cual ve morir a su hermano Martín y halla una pequeña isla desierta en el Mar Caribe, donde debe sobrevivir y a la fuerza madura espiritualmente al tiempo que se recupera físicamente de las secuelas del naufragio gracias a su instinto de no dejarse morir de hambre y tedio. Al islote donde vive sola varios meses después llega Esteban Nevares, maestre de la embarcación Chacona junto a su acostumbrada tripulación. Estos descubren la presencia de la chica, vestida con las ropas del hermano muerto, quien le explica al maestre las condiciones que la llevaron a ese punto. Y entonces este, llevado por la conmiseración, decide hacerla pasar por hijo suyo, con el nombre de Martín Nevares, e integrarlo a la vida normal de un navegante y comerciante en las tierras del Nuevo Mundo. Nevares se encuentra sentado en Santa Marta, un paraje que por aquellos días de finales del siglo XVI era pobre, poco más que un villorrio, peor cuyo puerto era activo dadas las mercancías que llegaban de España para mantener cubiertas las necesidades de la aristocracia del territorio de la Nueva Granada.
Entonces Catalina, ahora Martín gracias a la documentación legal que lo acreditaba, se ha salvado de un matrimonio con un hombre mayor y enfermo, y en su adaptación al rol masculino descubrirá actividades vedadas o mal vistas para las mujeres. Aprende a leer y escribir, a manejar la espada, a marear (verbo con frecuencia usado en la novela, y que hace alusión al oficio de navegante), y en general, a interactuar con los demás protegida por esa identidad de varón que le depara un destino diametralmente distinto al de una mujer casada. Sin embargo, la protagonista jamás olvida su femineidad, su esencia más intrínseca. De hecho, el relato está narrado en primera persona y en él abundan los verbos conjugados en participio femenino cuando Catalina se refiere a sí misma.
La ambientación de la novela no pudo ser mejor descrita. Los entresijos de las actividades comerciales en las indias occidentales, las referencias a los peligros del mar repleto de piratas ingleses y flamencos, la rebeldía de la raza negra que no dejaba de pugnar por el fin del suplicio de la esclavitud, son tópicos constantes en esta trama lineal que se ramifica poco a poco y deja de ser un relato de supervivencia para transformarse en otro acerca de la búsqueda de justicia ante las triquiñuelas propias de los tramposos comerciantes españoles cometiendo injusticias en América.
Su prosa juvenil y hasta ingenua a veces que calca de forma eficiente la redacción propia de la época. Los vaivenes marítimos de los personajes llevan al lector por los puertos de Santa Marta, Cartagena, Borburata y Cumaná.
Resultado de imagen para tierra firme matildeHay cambios de ritmo en los que la autora logra salvar lances que con un autor menos experimentado hubiesen sido soporíferos. La estructura no ofrece saltos temporales, su tono parece dirigido a un target juvenil. El cambio de identidad de la protagonista está tocado con delicadeza, no hay giros que lleven al travestismo o transexualismo, dado que no se debe a ninguna “filia” sexual sino a razones de conveniencia. La razón principal del relato termina siendo el plan que urde Martín para salvar a su padre de una deuda injusta, usurera y vitalicia, una coyuntura que abarca la mayoría de las páginas y que muestra al lector el punto de malicia hasta el cual ha llegado la protagonista, ahora capaz de enfrentare a una familia rica sevillana con protegidos en el Nuevo mundo y que a través de prebendas y matrimonios de mero negocio han escalado socialmente y pretenden seguir ganando posiciones en la corrupta burocracia de la corona española.
Si bien Tierra Firme, como primer tomo de una trilogía y eso hay que sopesarlo, carece de la contundencia de otras obras de Asensi como Todo bajo el cielo o El último Catón (de sus títulos más aclamados), se termina rápido y sin causar saturación, mantiene la atención del interesado, siempre que éste entienda que no toda saga debe versar sobre vampiros, zombis, monstruos y magos con cicatrices en la frente.

Le doy 7,5 sobre 10.

jueves, 5 de enero de 2017

LECTURAS  DE 2016 (lo mejor y lo peor)

por
Heberto José Borjas


            Ésta, mi primera columna de 2017, debe ser especial, distinta. No encontré una manera más digna de empezar el nuevo año que rindiendo tributo a todo lo bonito que me ocurrió como lector el año pasado. 2016 fue para este servidor un año de menos lecturas recreativas debido al tiempo que le dediqué a la investigación de mi próximo proyecto literario, una novela en la cual he tenido que transportarme a décadas pasadas y escuchar con otra actitud música de la era dorada del rock and roll. Empero, logré culminar libros deliciosos que quedarán en mi memoria para siempre, como los tatuajes profesionales. Varias de esas obras fueron reseñadas por mí anteriormente en previas columnas y hasta fotografiadas en mis redes sociales y otras no, más que nada por exceso de olvido y falta de tiempo de quien escribe, mas no de méritos de los libros. Y como solamente quiero referirme a las mejores experiencias literarias del 2016 prescindiré de hablar mal de aquellos que me decepcionaron o que, ni más ni menos, me dejaron indiferente, salvo de uno solo, que puedo decir fue la Decepción del año (estoy pensando justo ahora en inaugurar esta sección de ahora en adelante para hablar del libro que menos me gustó de cada año). Entonces les daré mi Top 10 del año y una sección dedicada a reconocer los méritos particulares de ciertas obras en diversos renglones (como si fuese una entrega de premios al estilo Golden Globes, pero sobre libros).
Mi top 10 de 2016, a modo de countdown donde el 1 es el mejor, es el siguiente:

10. Noches blancas:    Resultado de imagen para noches blancas
Esta breve novela de Dostoievski, que se lee de un tirón, transmite ese ardor del amor que provoca en un hombre solitaria, una dama que a su vez se encuentra a la espera de que retorne su enamorado. ¿Les parece familiar estar enamorado de una mujer que ama a un tercero? Es lo que plantea el autor ruso en menos de cien páginas.

9. Blue Label/Etiqueta Azul:     Resultado de imagen para blue label rugeles
La desesperanza y la abulia de la juventud venezolana en su máxima expresión. Eduardo Sánchez Rugeles logra auscultar la psiquis del teenager contemporáneo y lo contextualiza en una tentativa de huida de Venezuela, que al fin y al cabo es la opción más atractiva para muchos de ellos hoy. A la vez es una historia sobre un romance y sobre el fragor de las amistades forjadas o desarrolladas durante borracheras.

8. Contigo en la distancia:    Resultado de imagen para contigo en la distancia liendo
El maestro Eduardo Liendo lo volvió a hacer: un relato entrañable. Es una novela corta, que parece hablar de un viaje físico cuando en verdad es un retrato de las nostalgias y personajes esplendorosos que nos refuerza ese adagio que afirma que todo tiempo pasado fue mejor. Vaya uno a saber si eso es cierto o no, pero no hay nada más deliciosos que evocar anécdotas y gente que con cada emoción que nos despertó nos hace sentir que no hemos pasado en vano por este mundo.

7. Cardiopatías:    Resultado de imagen para cardiopatias oriette
Oriette D’Angelo es una joven poeta que llegó para quedarse. Su poemario, repleto de términos anatómicos, es un glosario de heridas y una crónica en verso de la realidad venezolana. Imperdible. Es impresionante cómo alguien desde su primera obra logra una voz definida que lo mismo puede denunciar una brusca realidad social que reprochar daños emocionales profundos. 

6. Hotel:     Resultado de imagen para hotel payares
Los cuentos de Gabriel Payares dan a entender a cualquier pichón de escritor que, las situaciones en apariencia pasivas y sin importancia pueden ser todo un universo de múltiples posibilidades. Al autor le gusta detenerse en el momento y desmenuzarlo, como si estuviese desmechando una pechuga de pollo. Es un lujo que no se dan a menudo los autores contemporáneos. De su libro anterior a este dio un salto grande.

5. Lennon:     Resultado de imagen para lennon foenkinos
David Foenkinos presenta un osado relato en el cual el ex-beatle acude a unas sesiones con un psicólogo, que son mera ficción, y el protagonista hace un resumen de su atribulada existencia desde la infancia en Liverpool hasta sus últimos días domiciliado en New York, pasando por The Beatles, los desencuentros con su madre, su rol de padre, y su relación con Yoko Ono. La prosa del autor francés adquiere una lírica especial en español al verse recompensada por la traducción de Cesar Aíra.
4. Limpieza de oficio:    Resultado de imagen para limpieza de oficio
Sergio Ocampo Madrid se luce con esta novela sobre un asesino en serie de payasos que causa terror entre la comunidad de profesionales de la risa en la ciudad. Un periodista inescrupuloso intenta sacar todo el provecho posible de tal abominación, pero la realidad lo supera, y sus crónicas y alteraciones de las escenas del crimen en beneficio propio son ahora apenas un elemento más de un caso misterioso y más profundo que como parecía al principio. Prosa cómica, entretenida y de una lucidez que no pasa nada por alto en la historia.
3. La dama azul:   Resultado de imagen para la dama azul
Si usted ignora que es la bilocación, si usted da por sentada la veracidad de todas las apariciones de la Virgen María, si usted sigue creyendo que las jerarquías del Vaticano la componen ancianos venerables incapaces de mentir y de hacer mucho más en pos de mantener su status, lea este libro. Se le removerán algunas de sus creencias más cristalizadas. En el siglo XVII una monja española de un pueblito llamado Ágreda era capaz de ser vista en el nuevo continente sin moverse de sus aposentos. Los aborígenes de Nuevo México dieron testimonio de las apariciones y un sacerdote español dejó constancia de  los hechos en una investigación realizada in situ y cuyo ejemplar único es buscado frenéticamente en la actualidad. Las conclusiones a las que llegan las altas esferas del catolicismo para que el tema no trascienda a los medios de comunicación le harán perder al lector la fe en la humanidad, por lo menos por un rato.
2. Delirio: Resultado de imagen para delirio novela
Lo más hermoso y terrible de Colombia se condensa en esta novela sobre la demencia y sobre el amor paciente, sobre la complicidad entre hermanos, sobre infidelidades furtivas, sobre la férrea crianza de los padres, sobre las diferencias de estratos en la actualidad, sobre los excesos de los traquetos, esos hombres que hacen negocios torcidos y que se convierten en  parte del problema de Colombia pero que a su vez tiene  corazón y aman y son desdichados a su manera. Laura Restrepo usa diversas voces para contar una historia de un matrimonio promedio que de repente sufre un grave obstáculo: el marido, al volver de un viaje de pocos días, encuentra a su esposa totalmente demente. Y es la excusa perfecta para contarnos esta trama que se ramifica sin perder de vista a sus protagonistas.
1. Historia oficial del amor:       Resultado de imagen para historia oficial del amor        
La reputación del colombiano Ricardo Silva Romero subió hasta el tope con este libro. Pienso que llegó a la estratosfera con su novela de 550 páginas que echa el cuento de su familia hacia atrás, desde 2015 hasta 1932, empezando por la noticia del embarazo de su esposa y llegando hasta sus antepasados Silva y Romero hace ochenta años. Por sobre todas las cosas que puedan desglosarse de la obra, esta destila un inmenso e indecible amor hacia los parientes y la memoria de los muertos propios como pocas veces es común leer en la literatura latinoamericana moderna. Acaso sin querer la historia de los dos apellidos del autor es la historia de Colombia, un país cuyo siglo XX estuvo lleno de escándalos, atentados y asesinatos, nuevos ricos, políticos corruptos y una desigualdad social que a cualquier le infundan las ganas de meterse a político a ver s logra solucionar algo. La familia Silva y Romero no ha estado exenta de los malestares que han afectado a tantas otras, el exilio, las desavenencias, la seducción por la participación en política, los cargos públicos, la conciencia siempre lucida sobre el entorno, pero con el paso de las décadas no se ha dejado doblegar por las adversidades propias de la colombianidad y se ha mantenido firme y unida. Esta historia que tiene tanto de tragedia como de comedia, repasa desde la perspectiva de Silva Romero, episodios icónicos de la historia contemporánea Colombia como el Bogotazo, la toma del Palacio de Justicia, la victoria electoral de Juan Manuel Santos, los días de la “ola verde” y el Frente Nacional, y es, al final, la historia de un familia en la que todos cuentas con todos en virtud del amor que se tienen. Hasta los más reputados autores colombianos de hoy dicen que Historia oficial del amor fue de las mejores lecturas que hicieron de libros publicados en 2016, afirmación que suscribo. Y además, tengo el placer de contar con el autógrafo del autor en mi ejemplar.

Y mi Decepción del año fue… Ema, la cautiva, de Cesar Aira:   Resultado de imagen para ema la cautiva

 Tenía altas expectativas con este libro, pues venía de leer Lennon, de Foenkinos, y traducida por el autor argentino, y me resultó aburrida y muy larga para tener solo 180 páginas. En descripción de ambientes fue genial. La pampa argentina, la vida del gaucho aparecen descritas magistralmente, pero no pasa nada.  

En cuanto a los méritos particulares, allí va mi reconocimiento de entre lo que leí en 2016:  
1. Mejor Argumento: La dama azul, de Javier Sierra
2. Mejor Prosa: Historia oficial del amor, de Ricardo Silva Romero
3. Mejor Estructura: La dama azul
4. Mejor Descripción de ambientes: Ema, la cautiva, de César Aira
5. Mejor personaje secundario masculino: Midas McAlister, de Delirio
6. Mejor personaje secundario femenino: Anita, de Delirio
7. Mejor desarrollo de diálogos: Inferno,  Dan Brown
8. Mejor división de capítulos: Inferno
9. Mejor portada: Limpieza de oficio, de Sergio Ocampo Madrid (Random House Mondadori)
10. Mejor página o párrafo inicial: Historia oficial del amor
11. Mejor página o párrafo final: Lennon, de David Foenkinos 
12. Mejor personaje principal masculino: Paco, de Limpieza de oficio
13. Mejor personaje principal femenino: Eugenia Blanc, de Blue Label, de Eduardo Sanchez Rugeles.
14. Mejor novela: Historia oficial del amor

Y con esto me despido por ahora. Tengan buenas lecturas en 2017 y por siempre...